Como hacer de la Seguridad un Hábito
- Christian Lopez

- 23 may 2018
- 3 Min. de lectura
La meta de ASIG es inspirar a todos (empleadores, empleados, el público y la comunidad) a prevenir lesiones en los sitios de trabajo, en casa y en la comunidad. Saber exactamente que hacer en cada situación puede ser la diferencia entre una lesión, o entre la vida y la muerte.

Una de las principales técnicas para prevenir lesiones es trabajar en los hábitos. Muchos expertos en Seguridad Basada en el Comportamiento recalcan la importancia de ciertos hábitos, porque esos hábitos influencian nuestro comportamiento y permiten que ciertas rutinas sean realizadas sin la necesidad de tomar decisiones en cada paso de nuestras tareas.
Muchos hábitos son creados a partir de reglamentaciones o leyes. Colocarse el cinturón de seguridad se ha vuelto automático para muchas personas, ya sea que lo hacen por su seguridad o por evitar una multa. Una vez que una persona se ha colocado el cinturón de seguridad al subir a su vehículo por algunos días o semanas ya no es necesario que recuerden hacerlo o que piensen en hacerlo, simplemente ocurre porque ya se convirtió en un hábito. El mismo razonamiento es cierto para el uso del equipo de protección en ciertas áreas de trabajo, las personas que desarrollan el habito de colocarse su equipamiento antes de ingresar en esa área después de un tiempo no requieren tomar la decisión de hacerlo. Y de esta forma, muchos hábitos, buenos o malos, determinan que tan preparados podemos estar para los riesgos a los que nos enfrentamos en diferentes etapas de nuestra vida.

Trabajar en crear hábitos como grupo puede ser una actividad interesante y con grandes beneficios. Recompensar los buenos comportamientos ayuda a las personas más conflictivas a involucrarse y a la larga crea hábitos.

Una buena práctica, que no implicaría ningún costo, seria cambiar la forma en que nos estacionamos, tanto en el sitio de trabajo como en general; al retroceder hacia el estacionamiento automáticamente se activan pensamientos sobre porque es necesario hacerlo –porque evitamos salir del estacionamiento hacia el tráfico fluido en reversa o hacia pasos peatonales- y cualquier actividad que lleve a una persona a pensar en un comportamiento seguro es beneficioso. Una vez esta práctica sea un habito, se puede proceder a implantar un nuevo habito grupal (sostener el barandal cuando se utilizan escaleras o no utilizar el celular mientras caminamos).
Si se quiere un mayor involucramiento y una mayor consciencia de “porque”. Recomiendo sugerir a las personas cuyos hábitos quiere desarrollar a que documenten las actividades, los obstáculos que tienen para generar el habito, como puede ayudarles a prevenir lesiones o cual puede ser una mejor forma de hacerlo. Crear o mejorar hábitos no es una cuestión de horas, toma tiempo y paciencia, hay que asegurarse que se practique de manera consciente hasta que 3 de cada 4 veces que se haga sea de manera automática. Cada habito seguro que se desarrolla ayuda a controlar riesgos y a eliminar los niveles de complacencia.

Lo mismo ocurre para la preparación de emergencias, la sección de simulacros en el entrenamiento de preparación contra emergencias da la oportunidad de que las personas desarrollen hábitos importantes antes de enfrentarse a una posible catástrofe. Al inicio, los simulacros deben ser tan sencillos, pero frecuentes, que permitan desarrollar hábitos necesarios para combatir los escenarios posibles.
Conocer los riesgos, tener un plan y asegurar que conocemos todos los pasos necesarios para evitar lesiones y accidentes son claves para mantenernos seguros 24/7 tanto en casa como en el trabajo. Crear los hábitos necesarios para no depender de nuestro pensamiento y nuestra habilidad de tomar decisiones en situaciones de riesgo es importante para mantenernos seguros.










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